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Cuando acabé el bachillerato, y dado que en aquel momento mi 'vocación' era la de formarme para piloto de aviación (aunque todavía estoy buscando mi verdadera 'vocación'), realice en el Ministerio del Aire los examenes de acceso a la distinguida Escuela Básica de Pilotos de Salamanca (Matacán).
Pero mi padre, que era sastre, se opuso a mi ingreso argumentando que " ... tengo muchos clientes pilotos de Iberia, y están todos locos".
Total que, alternativamente me matriculé en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Madrid (tenía piscina, pistas de tenis, gimnasio, etc. y lo mejor, había dos futuros ingenieros del genero femenino).
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