¿Recuerda aquellos antiguos surtidores de gasolina? Solían tener una larga manguera.
Unos extraterrestres estaban preparando un ataque al planeta Tierra. Antes de comenzar el ataque y, simplemente para ser 'educados' el comandante de la expedición envia un emisario.
El emisario era portador de un ultimátum para los habitantes del planeta Tierra, pero, por casualidad, aterrizó junto a uno de estos antiguos postes de gasolina y, pensando que era un ser humano, comenzó su discurso:
" ... y deben saber que somos muchos más que ustedes y muy poderosos. Mejor que se rindan y así evitar la lucha ..." y bla., bla., bla.
Por supuesto, no obtuvo ninguna respuesta del surtidor y volvió a donde era esperado por el comandante.
“¿Les has dicho nuestras condiciones a los terrestres?” preguntó el comandante.
“Por supuesto que lo hice” replicó el emisario.
“¿Y cuál fue su respuesta?” preguntó de nuevo el comandante.
“Bien, no respondieron absolutamente nada” respondió el emisario.
“¡Que pelotas tienen estos terrestres!” exclamó el comandante.
“¡Bien, pelotas no se!” dijo el emisario “¡pero que polla. Les da dos vueltas al cuello y se la cuelgan de la oreja!”