¿Dónde creé que ira cuando le llegue el momento de 'estirar la pata', por que cualquiera que sea la religión que profese encontrará un cielo o un infierno?
Yo siempre trato de tener un pie en cada uno de ellos, de forma que cuando 'la dama vestida de negro portando una guadaña' venga a buscarme podré dejarme caer del lado que me interese en ese momento. Pero aquella persona no era tan lista y fue directamente al infierno. Cuando llegó, se preguntó:
"¿Siempre me imaginé el infierno como una gran bola de fuego y no es así? Está lleno de puertas. ¿Parece que puedes elegir el infierno que deseas? ¡Adelante!".
Y en efecto. Cada puerta indicaba el país: "el infierno francés", "el infierno inglés", etc.
"Bien, vamos a probar con el infierno sueco, al menos las chicas de Suecia son muy atractivas", pensó, mientrás abria, sin cuidado las puertas del infierno sueco. Y se encontró con un manojo de llamas que, abrasaron su cara.
"¡Diablos!", dijo (bien, no sólo dijo eso, pero no puedo reproducir aquí lo que dijo en realidad), "realmente aquí hace calor. Vamos a probar con aquel, el infierno italiano. Son famosos por 'La Dolce Vita'", y comenzó a abrir la puerta de este, pero esta vez con mucho cuidado. Las llamas comenzaron a aparecer y la cerró de nuevo.
"Bueno, esto va a ser un trabajo pesado", pensó. "¡Vaya! El infierno español. Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. ¡Vamos adentro!"
Se aproximó a la puerta y comenzó a abrirla, pero esta vez con excesivo cuidado. Muy lentamente. Como a una velocidad de un metro por hora. Según abria la puerta empezó a oir música, griterio, juerga en una palabra. Cuando pudo, por fin mirar adentro, a través de la pequeña abertura de la puerta, no vio llamas si no gente bailando, bebiendo y contando chistes. "¡No puedo creer lo que ven mis ojos. Preguntaré!"
- "Perdone, ¿es este el infierno español?"
- "Sí 'zeñó', ¿No ha visto el letrero de la puerta?"
- "Sí que lo he visto. Pero es que, como los otros infiernos estaban llenos de llamas"
"¡Escuche!", respondió la persona preguntada, "aquí cuando no hacemos puente, falta el jefe o bien no funciona la caldera, por tanto pasamos el tiempo haciendo lo que nos viene en gana. ¡Claro que este es el infierno español!"