La juventud de LouisyLouis.-
Como empezó mi afición por las motos.-
Siempre he tenido gran afición por todo lo que tiene motor (si no tiene motor y los usas resultan elementos muy fatigosos).
Recuerdo que, de pequeño, me iba casi todas las tardes al escaparate de un concesionario de Bultaco a ver expuesta a mi amor platónico, la Bultaco Lobito 74 c.c. Me pasaba la tarde embobado con la nariz pegada al escaparate.
Y así, semana tras semana.
Mis primeros recuerdos sobre este tema se remontan a cuando era niño en Rascafría. Le había pedido a un familiar la bicicleta (yo no tenía ya que a mi padre cuando quería yo decir bicicleta, no pasaba de pronunciar la primera sílaba). Pues con la bicicleta prestada me di una 'leshe', ¡¡¡ JO, QUE 'LESHE' ME DI !!!
Pulse sobre la fotografía a la izquierda, para verla a tamaño mayor y con su pie de foto. En el pie de foto se describe esa 'torta'.
Como mi padre seguía permitiéndome pronunciar sólo la primera sílaba cuando trataba de decir BICICLETA, pues del dinero que me daba a la semana iba ahorrando y así, en una conocida casa de bicicletas que había en la calle de Segovia, al lado del Viaducto de la calle de Segovia, del que se habla en otra parte de este libro, iba comprando la bicicleta a 'trozos'. Una vez compraba el cuadro (recuerdo que era francés, de la marca Alcion), otra una llanta, etc.
Todos estos elementos los iba acumulando en una habitación que tenía en casa y en la cual casi nunca entraba nadie y a la que llamabamos 'el cuarto trastero'.
Total, que un día aparecí con mi primera bicicleta propia. Me salió tan bien que incluso tenía un timbre como las demás bicicletas, pero en mi caso era eléctrico. Sonaba como una campana.
Recuerdo que con ella, un día y a la puerta del mercado de la población de Las Navas del Marqués, una persona de edad irrumpió en la calzada y volé sobre él. Aterricé de cabeza, es decir, el cráneo contra el empedrado.
Pero claro, la bicicleta requeria un 'gran esfuerzo'. Aparte del cansancio debido al pedaleo, frecuentemente pinchaba, y aunque llevaba un tubular de repuesto, siempre aparecía en Rascafría empujando la bicicleta, después de haber pinchado, cambiado el neumático y vuelta a pinchar.
Total, que pensé que me gustaban los vehículos de dos ruedas, pero que necesitaban un motor (podía conseguir dinero para gasolina de aquí y de allá).
Mi padre seguía emperrado en su política anti-dosruedas, pero al ver que, después de mi largo periplo con las bicicletas, todavía tenía algún 'cacho' de hijo me dejaba que, de la palabra 'motocicleta' ya pronunciase dos sílabas. Pero continuaba negándose a comprarme una.
Así que, a los que antes les pedía las bicicletas, ahora, después de años, les pedía las motos.
Al principio y como uno no andaba económicamente muy boyante, pedia burras como estas a los amigos |
No eran motocicletas de gran cubicaje, si no ciclomotores (limitados a 49 c.c. y para los que se necesitaba un permiso que yo no tenía), o bien, alguna de 75 c.c. para las que ya se necesitaba un carné de conducir (que por supuesto, tampoco tenía).
El deslizable a la derecha muestra algunas de aquellas 'burras'.
Finalmente, en el mes de julio de hace varios años, me presenté al examen para obtener el carné de conducir tanto de 'pabues' como de 'burras'. Aprobé el permiso para conducir 'pabues' pero suspendí el de 'burras'. A la siguiente vez, aprobé.
Después de haber conducido durante bastante tiempo 'burras' de pequeña cilindrada, y con mi permiso para conducir cualquier tipo de 'burras' en la mano, me desplacé con un amigo por unos días a la ciudad de Ceuta.
Al llegar el tío de mi amigo me preguntó si disponía de permiso para llevar motos. Como mi respuesta fue afirmativa, él dijo "Ya se como os vais a poder desplazar. Coge una moto que tengo y yo me moveré en coche".
La moto era una HONDA CB 750 Four, de 750 c.c. en cuatro cilindros. Para mi, que lo más que había llevado eran 74 c.c. (y sin carné. Por aquella época los guardias urbanos de la ciudad de Madrid tenían un gorro que asemejaba a un orinal. Cuando veía uno, le pedía el gorro ... para mearme de miedo en él), aquella moto me parecía un tanque, me daba pavor. Pero pronto me hice con ella.
Total, que la moto tenía cuatro cilindros y sus correspondientes cuatro tubos de escape. De tanto que tumbaba en las curvas le devolví la moto con los cuatro tubos arañados.
Entre mis propias burras y las que me dejaban a mi cuidado, llegué a disponer de hasta 7 burras. |
Posteriormente me fui aficionando a las motos, tanto que, aparte de ser corredor por muchos años de Montesa, a veces llegué a reunir, entre motos en propiedad y aquellas que me habían dejado, hasta siete motos. Las motos que he tenido a mi cargo pueden verse a la derecha.
También hay que mencionar el 'Raid Todo-Terreno Madrid-París'. Nos reunimos un grupo de amigos para realizar un viaje entre ambas ciudades sin pisar el asfalto. Para financiarnos económicamente vendimos papeletas para rifas, pegatinas, etc. Obtuvimos también el patrocinio de un distribuidor de Mercedes Benz y algo de los ayuntamientos de ambas ciudades.
Comenzamos teniendo una recepción en el Ayuntamiento de Madrid (entonces se encontraba en el antiguo edificio de la Plaza de la Villa) y después la policía municipal nos escoltó hasta la Plaza de Castilla de Madrid dónde dejamos las motos en un parque cerrado para el día siguiente realizar la partida.
En la parte de España se discurrió sin ningún problema. Fácilmente se conseguían rutas no asfaltadas, los alcaldes nos daban la posible hospitalidad ofreciendo dónde pasar la noche, etc. Pero en el lado francés la cosa cambió, era difícil encontrar un trozo de vía que no estuviese asfaltado, la hospitalidad no era fácil de encontrar, etc. La única opción para encontrar una ruta no asfaltada fue que, me separé del grupo e hice parte del recorrido por la vía de servicio del tren de alta velocidad Lyon- Paris (que entonces se estaba construyendo). Y dormía como podía.
A la llegada a París tampoco tuvimos recepción y en cuanto a hospitalidad, tampoco. Nos seguimos apañando como pudimos.
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Burras que usaba de miembros del Moto-Club Rascafría |
En aquella época había sólo dos clubs de motos en la provincia de Madrid, el Moto Club Soto del Real y el Moto Club Robledo de Chavela. Y había un pueblo que, entonces necesitaba darse a conocer y así fue, como fundé el Moto Club Rascafría. Organizamos muchas competiciones tanto de Trial como de Todo Terreno.
Aparte de ser piloto de este moto club también usaba prestadas las motos de otros pilotos y socios, y que se pueden ver a la derecha.
"¡Quereis dejad en paz a Luis y a sus motos!"
Sí, ¿a qué padre de familia le cae bien el novio de su hija por muy bueno que el chico sea? Que yo sepa a ninguno. Bien, a ninguno exactamente no. Creo que yo si le caía bien a quien luego sería mi suegro. Sólo había algo que a él, como al resto de la familia no les gustaba de mí y, es que, estuviera todo el día liado con las 'burras'.
Mi suegro, como tanto otros españolitos, dejaron de ser' españolitos de a pie' graciasa es a Vespa que el INI de acuerdo con el propietario, el grupo italiano Piaggio, empezó a fabricar en el madrileño barrio de San Blas, a finales de los años '50.
Pues bien, un día parece que estaba toda la familia cuchicheando de mí y que todo lo que hacía les parecía bien, pero al final la frase:
" ... que pena que le gusten tanto las motos".
Mi mujer (entonces novia mia) lo oyó, y respondió:
"¡Quereis dejad en paz a Luis y a sus motos!"
Parece que en Instituto Geográfico Nacional registró aquella respuesta como un seísmo de intensidad 6,5 en la escala de Richter y epicentro en la ciudad de Madrid.
Resumen de LouisyLouis y sus 'burras'.-
Pues sí, nunca he tenido una excesiva afición por las 'burras', dejando a un lado que funde un 'burro-club', he sido corredor de 'burras', etc. pero aparte de eso, una afición normal.
He participado en distintos 'raids' y entre ellos en el que en el año 1979, se organizó entre las ciudades de Madrid y París.
Y además y como ya he dicho que tenía un 'burro-club' pues también usaba prestadas las burras de socios y pilotos.
Vamos, lo dicho, afición a las burras SI, pero NO MUCHA.
La solitaria piscina de Alcobendas.-
¿Grande mi casa en Alcobendas (Madrid)? ¡Muy, pero que muy pequeña! Tan pequeña que, incluso la cámara de fotos la tengo que dejar fuera, colgada de una ventana.
Pero lo que sí es realmente grande es la piscina. Una maravillosa e increíblemente grande piscina.
¡Es una pena que esté prácticamente vacía!. Parece que la gente tiene cosas más importantes que hacer o les da miedo el agua, pero la verdad es que prácticamente nadie la usa.
Vean la imagen a la derecha, tomada en uno de los días más cálidos del mes de agosto de 1.998. Casi no hay nadie en la piscina. ¡Una verdadera lástima!
¿Qué cuántas veces he bajado a la piscina? Se lo diré: CERO. Sí, cero veces porque para estar sólo mejor no estar.
Maniobras de la O.T.A.N.-
A finales de los años '60 el deporte nacional en España era el robo de 'burras'. Recuerdo que, un día estaba a la puerta de un cine poniendo el candado a la mía y se acercó un muchacho que, sacando del bolsillo una simple llave de lata de sardinas, me dijo:
"Ese candado no vale para nada. ¡Mira!".
Y con la llave de la lata de sardinas abrió el candado en un 'santiamén. Esto me ha recordado el siguiente chiste:
La acción tiene lugar durante una recientes maniobras de la OTAN en el campo de adiestramiento de 'San Gregorio' (Zaragoza), con intervención de fuerzas de USA, el Reino Unido y España (creo que las fuerzas españolas estaban formadas por un sargento y un número de la Guardia Civil).
Las fuerzas se preparan para efectuar una maniobra de precisión consistente en alcanzar un punto determinado en tierra, después de saltar desde un avión con una caída libre de 800 m., apertura del paracaídas direccional, desplazamiento hasta una posición lejana, coger una motocicleta (previamente dejada por un comando infiltrado tras la líneas enemigas) y conducirla para alcanzar el objetivo.
Le toca en primer lugar a un oficial de los Boinas Verdes del ejército norteamericano. Salta del avión a una altura de 4.000 m., realiza la caida libre y conduce la motocicleta al punto indicado, pero sufre un accidente con ella, lo que lleva al jurado a plantearse la posibilidad de que hubiese estado en riesgo la operación. Sin embargo le aprueban.
Después es el turno de un oficial británico, el cual extiende la caída libre hasta 1.600 m. (el doble de lo estimado). Le otorgan la mejor puntuación.
Finalmente es el turno del oficial español. Salta a la altura establecida de 4.000 m y después de realizar la caída libre de 800 m. tira de la anilla del paracaídas pero este no se abre. Aproximadamente a 300 m. de tierra intenta abrir el paracaídas de emergencia, pero este no se abre y comienza a lanzar maldiciones mientras piensa:
"¡ ... y además estoy seguro de que habrán robado la 'burra'!".
El esquí.-
Otras de mis grande aficiones (por algo me llaman LuisSkier). Recuerdo como aprendí. Más o menos como todo el mundo, a base de muchas 'leshes'. Subí una mañana a la estación de Cotos (cuando aún funcionaba como estación) sin tener la minima idea de como se esquiaba. Por la tarde me cambié a la vecina estación de Valdesquí y al anochecer baje a Rascafría convertido en todo un campeón del esquí (o al menos eso pensaba yo).
A mi mujer también la enseñé a esquiar (después el esquí la encantaba). ¿Cómo?. Bien, en Rascafría nevaba mucho así que, una mañana (con un todo-terreno) subimos, detrás de la máquina quitanieves hasta el puerto de Los Cotos de El Paular donde dejamos el vehículo aparcado. Como seguía nevando pues, la carretera que había sido limpiada por la quitanieves, se había vuelto a cubrir de nieve y la dije:
"Volvemos a Rascafría, pero esta vez esquiando por la carretera", y así fue bautizada en el esquí.
En Rascafría, escondimos lo esquies bajo la nieve y, como la carretera ya había sido abierta, pues hicimos 'dedo' para subir al puerto de Los Cotos y recuperar mi coche.
Formaba parte de un pequeño grupo de esquí y, esquiábamos en todas partes. esquiábamos igual sobre los picos de los Alpes que sobre las barras de hielo de la pescadería de la esquina.
Recuerdo un día que, estábamos en Los Alpes todo grupo en un apartamento para cuatro (algo así que como se pueden meter 24 puertorriqueños en un 600. Muy fácil, usando una picadora). Pues digo que estábamos el grupo en un pequeño apartamento y montando una algarabía de 'padre y muy señor mío' cuando bajo un alemán muy indignado pues no le dejabamos dormir. Yo, en ese momento estaba contando un chiste y, para calmarlo se lo empecé a contar, pero, ¿cómo podía traducir ese chiste al inglés? Estaba basado en un juego de palabras. Estímelo ustedes mismos:
Ese presentador era un poco 'tartaja' y estaba introduciendo a los dos púgiles que iban a participar en un combate de boxeo. Estaba diciendo:
"Señoras y señores, a mi derecha y con 56 kilos de peso, por el campeonato provincial de los pesos pluma, el 'demonio dojo' y, a mí izquierda, con un peso de 56 kilos y 300 gramos, el 'demonio dojo'".
Al escuchar esto todo el público comenzó a vociferar protestando y diciendo que, como ambos púgiles podían llamarse igual.
Al ver el presentador el alboroto que se había organizado, trato de calmar a los espectadores pero esta vez ayudándose de las manos y, haciendo uso del idioma internacional de los signos. Dijo:
"A ver, señoras y señores, a mi derecha, con 56 kilos de peso y, por el campeonato provincial de los pesos pluma, el 'demonio dojo'", mientras se contoneaba tratando de imitar el vuelo de una capa al viento, " y a mi izquierda, con un peso de 56 kilos y 300 gramos, el 'demonio dojo'", mientras se llevaba la mano cerrada a la parte trasera de la cabeza.
Y díganme, ¿es traducible?. Pues lo hice. Tenía que hacerlo. ¡Que remedio! Y al alemán le gustó mucho.